-Primer día- VAN TRIP

El verano de 2015 decidimos coger la furgoneta y realizar un viaje: desde Murcia al País Vaso y vuelta; pasando por Pirineos, la Selva de Irati y Albarracín entre otros muchos pueblos. Con una duración de 15 días, visitamos desde pueblos pequeñitos como Santa Eulalia la Mayor (que fue nuestra primera noche), hasta grandes ciudades como Bilbao; y recorrimos así, alrededor de unos 2500km teóricos sobre papel, sin contar desvíos propios de viaje, ya que si veíamos un pueblo que nos llamara la atención, un embalse, una ruta, un río… por allí que pasábamos también.

El 6 de Agosto por la mañana cargamos la furgoneta; bicicletas, tienda de campaña, colchón, camping gas, materiales de escalada y un largo etcétera nos acompañarían en nuestra “casa a cuestas” durante todo el camino.

- Hacemos un inciso en el camino para explicar el nombre del blog "Polimitas". Las polimitas son unos caracoles terrestres que poseen variaciones cromáticas de sus conchas y son considerados por muchos, los caracoles terrestres más bellos del mundo.
Nos encontrábamos en la Selva de Irati, preparándonos la mochila para una ruta a pie. A nuestro lado, una familia acababa de aparcar su coche, y la niña se quedó mirando al interior de la furgoneta mientras le decía a su padre "Papá, son como caracoles, llevan la casa a cuestas". -

  El primer día de viaje desde Murcia a Santa Eulalia la Mayor, fue el más largo que hicimos de golpe, unos 630 km y alrededor de unas 9-10 horas de viaje. Tenemos que explicar la gran duración, que por supuesto no se relaciona con los kilómetros recorridos. Durante todo el viaje, y los que hemos hecho después, llegar rápido no importa, vamos “a ritmo de furgo”, disfrutando de la compañía, la música, las conversaciones, las risas, los paisajes, la carretera… Lo que merece la pena es como pasamos el tiempo, que hacemos mientras pasan los minutos de nuestra vida, y evidentemente, con una buena compañía aunque vayamos a 50 km/h por una autovía de 120 “todo sabe mucho mejor”.

Así que sin darnos cuenta, nos plantamos en este precioso pueblo de Huesca en las faldas de Pirineos.

Todos los días, al despertar, hicimos fotos tal cual abríamos la puerta de la furgoneta. Intentábamos orientarla para que el despertar fuera lo más bonito posible, pues esto ayuda a empezar el día con buen pie. El amanecer de la primera noche fue el siguiente:

Hacía fresquito, pero se estaba genial, sacamos la mesa y las sillas y allí mismo desayunamos para seguir con la ruta. Nos dirigíamos hacia el embalse de Vadiello.

- Hacemos un pequeño break para explicar que a partir de ahora veréis que solemos frecuentar mucho embalses y ríos, y es que somos de Murcia: Agosto: mucho calor!!!! J -

Después de una media hora, y 7 km recorridos viendo paisajes como el de la foto a continuación, llegamos al embalse.

Nuestra idea era bañarnos en todos los ríos y zonas con agua, pero en este estaba prohibido, así que dimos un paseo por los alrededores, disfrutamos del precioso paisaje que nos empezaba a acompañar en todo el viaje y al que no estamos muy acostumbrados a ver por el sur y seguimos el camino. Evidentemente, fotos tenía que haber…

Cogimos dirección embalse de Mediano (como no, más agua), queríamos bañarnos como fuera, y en una carretera en medio del monte pasamos por un parking de tierra con bastantes coches. Si había tanta gente, algo tendría que haber que mereciera la pena, así que aparcamos, nos bajamos del coche con un botellín de agua y el bañador (por si acaso) y empezamos a andar por un sendero que cada vez se adentraba más en un cañón. Creemos que estuvimos andando una hora o quizá más, estuvimos a punto de volver, pues no sabíamos dónde nos llevaba el camino, hasta que nos encontramos con una indicación de 2 km, así que teníamos que llegar.

Una enorme sorpresa!!!! Después de más de hora y pico andando, un calor casi insoportable (aunque estuviéramos en Huesca, y somos de Murcia; SI, hacía mucho calor) descubrimos un sitio fantástico con agua para bañarnos!!! El agua estaba muy fresquita, y se veía gente que hacia barranquismo viniendo del río que luego se ensanchaba. Cerquita había unos saltos, allá que fuimos a comprobar y como no, a tirarnos.

La vuelta fue dura, todo cuesta arriba con un desnivel bastante importante, más calor que cuando bajamos, y el agua que recargamos en las fuentes naturales del río ya no quedaba ni gota, pero como no, una vez más, la compañía hizo su trabajo y  dio sus frutos; regresamos a la furgo como si  de la meta de una carrera por montaña de 100 km se tratase, bebimos todo el agua que pudimos y seguimos con la ruta.

Desde luego, el objetivo del día había sido cumplido: bañarnos en algún sitio J; así que, seguimos nuestro camino hasta llegar a un pueblecito amurallado llamado Abizanda; donde paseamos por sus calles, cenamos una ensalada riquísima de tomates de Murcia que nos hicieron expresamente al enterarse la camarera que veníamos del sur; y allí pasamos la noche.

Ya estábamos en el camino, ya notábamos como el viaje se iba escribiendo y como nosotros seríamos los protagonistas de nuestra primera aventura de muchas en la furgo.

Seguiremos compartiendo como fueron los siguientes días en próximas entradas.

¡¡¡Gracias por acompañarnos y a seguir creando recuerdos!!!

Alba y Cristóbal